La
Carta de Ecopedagogía, con el subtítulo “En defensa de una
pedagogía de la Tierra”, es un documento con diez puntos que son
considerados como su presentación fundacional y que, de forma
resumida, son los siguientes:
1.
Nuestra Madre Tierra es un organismo vivo y en evolución. Lo que se
le haga a ella repercutirá en todos sus hijos. Ella requiere de
nosotros una conciencia y una ciudadanía planetarias, esto es, el
reconocimiento de que somos parte de la Tierra y de que podemos
perecer con su destrucción o podemos vivir con ella en armonía,
participando de su devenir.
2.
El cambio del paradigma económico es condición necesaria para
establecer un desarrollo con justicia y equidad. Para ser
sustentable, el desarrollo requiere ser económicamente factible,
ecológicamente apropiado, socialmente justo, culturalmente
equitativo, respetuoso, sin discriminación. (…).
3.
La sustentabilidad económica y la preservación del medio ambiente
dependen también de una conciencia ecológica, y ésta depende de la
educación. La sustentabilidad debe ser un principio
interdisciplinario reorientador de la educación, (…). Los
objetivos y contenidos curriculares deben ser significativos para la
población estudiantil y también para la salud del planeta.
4.
La ecopedagogía, fundada en la conciencia de que pertenecemos a una
única comunidad de vida, desarrolla la solidaridad y la ciudadanía
planetarias. (…). La planetariedad debe llevarnos a sentir y vivir
nuestra cotidianidad en conexión con el universo y en relación
armónica con nosotros mismos, con los demás seres del planeta y con
la naturaleza, (…).
5.
(…). La vida cotidiana es el lugar donde cobra sentido la
pedagogía, puesto que la condición humana pasa inexorablemente por
ella. La ecopedagógía implica un cambio radical de mentalidad en
relación con la calidad de vida y con su medio ambiente, que están
directamente ligados al tipo de convivencia que mantenemos con
nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza.
6.
La ecopedagogía no se dirige solo a los educadores sino a todos los
ciudadanos del planeta. (…), promoviendo la educación sustentable
(ecoeducación) y ambiental con base en el pensamiento crítico e
innovador en sus modalidades formal, no formal e informal, teniendo
como propósito la formación de ciudadanos con conciencia local y
planetaria, (…).
7.
Las exigencias de la sociedad planetaria deben ser trabajadas
pedagógicamente a partir de la vida cotidiana, de la subjetividad,
es decir, a partir de las necesidades e intereses de las personas.
Educar para la ciudadanía planetaria supone el desarrollo de nuevas
capacidades tales como sentir, intuir, vibrar emocionalmente,
imaginar, inventar, crear y recrear, relacionar e interconectarse,
autoorganizarse, informarse, comunicarse, expresar, localizar,
procesar y utilizar la inmensa información de la aldea global;
buscar causas y prever consecuencias, criticar, evaluar, sistematizar
y tomar decisiones. (...).
8.
La ecopedagogía tiene por finalidad reeducar la mirada de las
personas, es decir desarrollar la actitud de observar y evitar la
presencia de agresiones al medio ambiente y a los seres vivos, así
como el desperdicio, la contaminación sonora, visual, la
contaminación del agua y del aire, etc., para intervenir en el mundo
en el sentido de reeducar al habitante del planeta y revertir la
cultura de lo descartable. Experiencias cotidianas aparentemente
insignificantes como una corriente de aire, un ritmo respiratorio, el
agua de la mañana en el rostro, fundamentan las relaciones con uno
mismo y con el mundo. La toma de conciencia de esta realidad es
profundamente formativa. El medio ambiente forma en tanto y en cuanto
él es formado o deformado. Requerimos de una ecoformación para
recuperar la conciencia de esas experiencias cotidianas. (…).
9.
Una educación para la ciudadanía planetaria tiene como finalidad la
construcción de una cultura de sustentabilidad, (...). Solo así
seremos cómplices en los procesos de promoción de la vida y
caminaremos con un sentido. Caminar con un sentido significa dar
sentido a lo que hacemos, compartir sentidos, impregnar de sentido
las prácticas de la vida cotidiana y comprender el sinsentido de
muchas otras prácticas (...).
10.
La ecopedagogía propone una nueva forma de gobernabilidad ante la
ingobernabilidad del gigantismo de los sistemas de enseñanza,
proponiendo una descentralización y una racionalidad basadas en la
acción comunicativa, en la gestión democrática, en la autonomía,
en la participación, en la ética y en la diversidad cultural.
Entendida de esa forma, la ecopedagogía se presenta como una nueva
pedagogía de los derechos planetarios, impulsando el rescate de la
cultura y de la sabiduría popular. La ecopedagogía desarrolla la
capacidad de deslumbramiento y de reverencia ante la complejidad del
mundo, así como la vinculación amorosa con la Tierra.
Primer
Encuentro Internacional
Sao
Paulo, Brasil – Agosto de 1999
PARA SABER MÁS:
La ecopedagogía
La ecopedagogía tiene una visión planetaria, que plantea una nueva concepción de la educación para que seamos capaces de enfrentarnos a los nuevos desafíos globales de este siglo.
Enlace en este blog.
La ecopedagogía
La ecopedagogía tiene una visión planetaria, que plantea una nueva concepción de la educación para que seamos capaces de enfrentarnos a los nuevos desafíos globales de este siglo.
Enlace en este blog.
Pedagogía de la Tierra
Moacir Gadotti
En este libro los lectores viajarán por una tierra desconocida, aunque
niña, dando sus primeros pasos en búsqueda de una vida saludable. Moacir
Gadotti viaja con la mente de un filósofo y el corazón de un poeta. [.]
Con sensibilidad y competencia, nos orienta la mirada en la
perspectiva de la ecopedagogía, enseñándonos, en .
SIGLO XXI (MEXICO) -
ISBN: 9789682324154
No hay comentarios:
Publicar un comentario